Esta enfermedad es generalmente sinónimo de desesperanza, ruina y muerte; afecta a grandes y chicos; a personas con pocos y muchos recursos económicos.
En cualquiera de sus presentaciones, unos de mejor pronóstico, otros con devastadoras evoluciones a lo largo del tiempo, el cáncer ha sido, es y será todo un reto para los tratamientos médicos convencionales y alternativos.
Los productos de apiterapia no se quedan atrás y han comenzado a ganar fuerza como una alternativa y complemento en el tratamiento de los pacientes con cáncer y, mas interesante aún, en la prevención de las neoplasias.
El veneno de abejas es el eje central de la terapia en los pacientes con cáncer. Su actividad consiste en la lisis de las células neoplásicas reduciendo así el tamaño del tumor primario y disminuyendo la probabilidad de aparición de siembras metastásicas. El propóleo y la jalea real también inhiben la proliferacion de las células tumorales y por tanto son el complemento de la terapia con el veneno de abejas.
La miel, el polen y el pan de abejas son potenciadores del veneno de abejas y reducen la probabilidad de aparición de complicaciones relacionadas con el tratamiento convencional del cáncer como al mucositis, las infecciones y el decaimiento físico.
Es decir, la apiterapia bien prácticada esta indicada no sólo para el tratamiento del cáncer sino además para la disminución de la probabilidad de aparición y reducir la severidad de los efectos secundarios propios de la quimioterapia y radioterapia.
Un estilo de vida saludable que incluya además los productos de la colmena es el mejor camino para la prevención de esta fatídica enfermedad y para mejorar la calidad de vida de los pacientes que ya han desarrollado el cáncer.
El cáncer se llevó a una persona muy valiosa, Steve Jobs, cómo me hubiera gustado que de alguna forma logrará haber prevenido esto mediante el consumo de miel, propóleo, jalea real...
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